El artista y la modelo

Chico y rita

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En el verano de 1943, en la Francia ocupada, un famoso escultor, cansado de la vida, encuentra el deseo de volver a trabajar con la llegada de una joven española que ha escapado de un campo de refugiados y se convierte en su musa.

Ópera prima

«El artista y la modelo» es una película sencilla y directa sobre la maravilla y el asombro que nos inspira el mundo natural. Provoca esa maravilla y ese asombro en el espectador principalmente al mantener su mirada fija en las cosas bellas o bellamente dispuestas bajo la luz del sol. «No se puede crear esta luz», dice el artista del título en un momento dado, mientras observa en su lienzo a su modelo desnuda, que está de pie en un campo donde una combinación de polen a la deriva, nubes cambiantes, ramas que se balancean y hojas que revolotean dan a la luz una cualidad inquieta y parpadeante. Intenta reproducirla con aplicaciones de pintura moteadas y desiguales.

Año de la iluminación…

La modelo ha sido durante mucho tiempo esencial para el trabajo del artista. Ya sean amantes o profesionales contratados, a menudo sirven como musas de los artistas -mortales que a veces pueden ser casi de otro mundo en su capacidad de inspirar la creatividad.
Nos complace presentar un importante grupo de pinturas y dibujos que celebran la relación artista-modelo, incluyendo obras de Pierre-Auguste Renoir, Pierre Bonnard, Marc Chagall, Raoul Dufy, Henri Matisse y Pablo Picasso.
Una parte de la exposición se centrará en la amante como modelo e incluirá algunas de las relaciones artista-modelo más famosas del siglo XX, como la de Marc Chagall y Bella Rosenfeld, Pierre Bonnard y Marthe de Méligny, y Pablo Picasso y Jacqueline Roque.
Si bien los papeles de modelo y amante se entremezclaban a veces, el modelo de un artista podía ser también un miembro del personal de la casa o un profesional contratado.    Expondremos una serie de obras con la importante modelo de Pierre-Auguste Renoir, Gabrielle Renard, niñera de su hijo y modelo de más de 200 de sus obras. También presentaremos obras importantes de maestros modernos que contrataron a modelos profesionales, como Kees van Dongen, Henri Matisse y Raoul Dufy.    Las identidades de los modelos de estas obras permanecen en el anonimato.

Pollock

La dinámica entre un artista y su modelo forma parte de la historia del arte occidental. De Vermeer a Picasso, de Leonardo a Freud, la relación, imaginaria y real, fascina a los amantes del arte de todo el espectro por su colaboración bidireccional, a menudo entre protagonistas muy diferentes. La película El artista y la modelo, del director español Fernando Trueba, se adentra en el núcleo de esta relación. La película explora las actividades cotidianas de la vida en el estudio; la incomodidad, los desacuerdos, la frustración, el aburrimiento y el camino hacia el entendimiento que estas parejas deben recorrer para alcanzar sus objetivos artísticos.
La película se centra en Marc Cros (Jean Rochefort), un famoso artista de la Francia ocupada que ha perdido la motivación y la inspiración para seguir creando su obra. Anciano, Cros, contemporáneo de Picasso y Matisse, ha vivido dos guerras mundiales y ha perdido toda la fe en la humanidad. Afirma: «Los hombres son salvajes», se encierra en su remota casa de campo en las colinas y se aleja por igual de la Ocupación alemana y de la Resistencia, tratando a ambas con indiferencia. Trueba describe estos aspectos de Cros como «un muerto viviente; para mostrar a alguien que ha perdido literalmente toda esperanza e interés en la vida». Espera la muerte y, aunque la guerra y sus atrocidades pasan desapercibidas en este remoto reducto de la campiña francesa, la Segunda Guerra Mundial perdura en el fondo y proporciona un contexto esencial para el nihilismo de Cros: «Dice que después de la Primera Guerra Mundial pensaron que nunca se repetiría, y ahora están de nuevo en medio de esa guerra loca. Ninguna otra generación ha vivido estas monstruosidades. Ese era el país y el periodo de tiempo perfectos para mí».