Golpe de estado 23 de febrero
Película 23f
Los malienses reflexionan ahora sobre el año pasado. «Nada va bien en Malí hoy en día. Un año después de IBK (Ibrahim Boubacar Keita, presidente antes del golpe de Estado de 2020), los profesores ya no tienen derechos, y ésta es una de las razones de la salida de IBK». Modibo Haidara, reparador de teléfonos en Bamako, se lamenta.
«Cuando el país se echa a perder, hay que dar tiempo a esta gente para sacar el país adelante, para sacarlo del agujero. Hay que dar tiempo a esta gente para que trabaje. Para el balance puedo decir… tenemos que esperar, tenemos que esperar», explicó Oumar Cheick Camara.
Menos de diez meses después, los oficiales descontentos por una remodelación del gobierno forzaron la dimisión del presidente civil interino y del primer ministro, y el coronel Assimi Goita fue instituido como nuevo presidente de la transición.
Antonio tejero
El Incidente del 26 de febrero (二・二六事件, Ni Ni-Roku Jiken, también conocido como el Incidente del 26) fue un intento de golpe de Estado en el Imperio de Japón el 26 de febrero de 1936. Fue organizado por un grupo de jóvenes oficiales del Ejército Imperial Japonés (IJA) con el objetivo de purgar el gobierno y la cúpula militar de sus rivales de facción y opositores ideológicos.
Aunque los rebeldes consiguieron asesinar a varios funcionarios importantes (incluidos dos ex primeros ministros) y ocupar el centro gubernamental de Tokio, no lograron asesinar al primer ministro Keisuke Okada ni asegurar el control del Palacio Imperial. Sus partidarios en el ejército intentaron sacar provecho de sus acciones, pero las divisiones dentro del ejército, combinadas con la ira imperial por el golpe, hicieron que no pudieran lograr un cambio de gobierno. Ante la abrumadora oposición del ejército, los rebeldes se rindieron el 29 de febrero[3].
El grupo, poco unido, variaba en tamaño, pero se estima que tenía unos 100 miembros regulares, la mayoría oficiales del área de Tokio. Su líder informal era Mitsugi (Zei) Nishida. Antiguo teniente del ejército y discípulo de Kita, Nishida se había convertido en un miembro destacado de las sociedades civiles nacionalistas que proliferaron desde finales de la década de 1920. Se refería al grupo del ejército como la facción Kokutai Genri-ha (国体原理派, «Principio Nacional»). Involucrados, al menos en cierta medida, en la mayor parte de la violencia política de la época, tras los incidentes de marzo y octubre de 1931, los miembros del ejército y la marina del grupo se separaron y terminaron en gran medida su asociación con los nacionalistas civiles[13][14][15].
Vídeo del golpe de estado de 1981
23-FParte de un intento de derrocamiento del gobierno españolEl Congreso de los Diputados en Madrid.Fecha23-24 de febrero de 1981LugarCongreso de los Diputados de España, MadridFormato desconocido en {{Coord}}. Parámetros:
– Los secuestradores se rinden tras un enfrentamiento de 18 horas sin bajas y después de que el rey denuncie el golpe y pida que se mantenga el estado de derecho. – El comandante de las unidades militares en Valencia es detenido. – Fracasa el intento de golpe de EstadoInsurgentes del Gobierno
El «23-F» (también conocido como el Tejerazo) fue un intento de golpe de Estado en España que comenzó el 23 de febrero de 1981 y terminó al día siguiente. Su figura más visible, Antonio Tejero, protagonizó el acontecimiento más notable del golpe fallido: un grupo de 200 agentes armados de la Guardia Civil irrumpió en el Congreso de los Diputados español durante la votación para elegir a Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del Gobierno. El rey Juan Carlos I pronunció un discurso televisado a nivel nacional en el que denunció el golpe, pidió que se mantuviera el Estado de Derecho y que el gobierno elegido democráticamente continuara en funciones. El golpe no tardó en fracasar. Tras mantener al Parlamento y al gabinete como rehenes durante 18 horas, los secuestradores se rindieron a la mañana siguiente sin haber hecho daño a nadie.
23f significado
Este artículo analiza brevemente el intento de golpe de Estado llevado a cabo en España en febrero de 1981 y el juicio que se celebró tras el mismo, con el fin de extraer posibles lecciones que puedan resultar útiles para quienes actualmente se dedican a la justicia postgolpe en Turquía.
España tiene una larga historia de intervenciones militares en la vida política. En el siglo XIX, éstas adoptaron generalmente la forma de un pronunciamiento, un desafío ritual al poder por parte del ejército que se institucionalizó como mecanismo para cambiar el gobierno en funciones. En contra de lo que se suele suponer, no todas las intervenciones militares eran de carácter reaccionario; las facciones liberales y progresistas del Parlamento también tenían sus partidarios dentro del ejército. Así, importantes pronunciamientos dieron lugar a cambios de gobierno en 1820, 1843, 1854, 1868 y 1874. No es de extrañar que el acuerdo constitucional alcanzado finalmente en 1876, bajo el reinado de Alfonso XII, tuviera como objetivo principal apartar definitivamente al ejército de la esfera política, algo que consiguió con bastante éxito hasta 1923.
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