Aprender jugando para niños
El aprendizaje a través del juego en los primeros años
De adulto, Albert Einstein recordaba un acontecimiento fundamental en su vida que inspiró su interés por los descubrimientos científicos. Tenía cuatro o cinco años y estaba en cama por una enfermedad infantil cuando su padre le dio una brújula magnética de bolsillo para que jugara con ella. Se pasó horas dando vueltas a la brújula, preguntándose cómo la aguja sabía apuntar siempre hacia el norte.
El libro Internet Invention: From Literacy to Electracy , cita a Albert Einstein sobre cómo jugar con esa brújula inspiró su amor por la ciencia. «Todavía recuerdo», escribió, «que esta experiencia me causó una impresión profunda y duradera. Algo profundamente oculto tenía que estar detrás de las cosas».
Como padre, seguramente le encanta ver a su hijo jugar. Es increíble escuchar sus ideas y conocer los nuevos mundos que crean. También es divertido ver lo creativos que pueden ser al poner su imaginación al servicio del aprendizaje del mundo que les rodea.
Sin embargo, el juego es mucho más poderoso para los niños de lo que muchos padres creen. De hecho, es la clave del aprendizaje. Investigadores y educadores de todo el mundo han comprobado que el juego puede ayudar a enriquecer el aprendizaje y desarrollar habilidades clave como la indagación, la expresión, la experimentación y el trabajo en equipo.
Del juego a la práctica: conectando…
Hace unos años, empecé a adoptar un enfoque basado en el juego en mi clase de jardín de infancia. Las investigaciones ensalzaban los beneficios físicos, cognitivos, sociales y emocionales del juego y me recordaban la visión de Friedrich Froebel del jardín de infancia como un lugar donde el juego y el aprendizaje van de la mano.
A medida que introducía pequeños cambios en mi aula, empecé a comprender que el juego es un modo primario e integral a través del cual los niños dan sentido al mundo, y que es esencial para su desarrollo y bienestar. Además, favorece habilidades como la colaboración, la comunicación y la creatividad. Ofrecer el juego puede parecer un reto cuando los programas obligatorios y los exámenes estandarizados son requisitos de muchos distritos escolares, pero el aprendizaje basado en el juego es una práctica eficaz para profundizar en la comprensión y atraer a los niños. La clave es encontrar un equilibrio entre las expectativas académicas y las necesidades de desarrollo de los jóvenes estudiantes.
Al estudiar el juego de los niños, vi que sus cuerpos y mentes estaban más comprometidos y concentrados cuando se les ofrecía tiempo, espacio y materiales significativos para dar sentido a lo que estaban aprendiendo. Las actividades dirigidas por el profesor y las transiciones no sustituyen a las oportunidades de exploración, creatividad y socialización.
Ejemplos de aprendizaje a través del juego
El famoso psicólogo y teórico del desarrollo infantil Jean Piaget dijo en sus últimos años: «Nuestro verdadero problema es: ¿cuál es el objetivo de la educación? ¿Estamos formando niños que sólo son capaces de aprender lo que ya se sabe? ¿O debemos intentar desarrollar mentes creativas e innovadoras, capaces de descubrir desde la edad preescolar y durante toda la vida?»
Sin duda, Piaget no tuvo que lidiar con la evaluación estandarizada, y estaría en desacuerdo con los funcionarios que priorizan las altas calificaciones en los exámenes y las buenas notas como objetivos principales de la educación. En su lugar, Piaget abogaría por ayudar a los alumnos a entender el aprendizaje como un proceso de descubrimiento y alegría a lo largo de toda la vida. ¿Por qué cuestionamos el valor de este enfoque?
Ser niño es fundamental. Vemos la firma de la experiencia de la primera infancia literalmente en el cuerpo de las personas: como muestra este estudio del Harvard Center on the Developing Child, las experiencias tempranas positivas conducen a una mayor esperanza de vida, una mejor salud general y una mayor capacidad para gestionar el estrés. Además, las capacidades sociales y emocionales a largo plazo son más sólidas cuando los niños tienen la oportunidad de aprender jugando, establecer relaciones profundas y cuando sus cerebros en desarrollo tienen la oportunidad de crecer en un entorno enriquecedor, rico en lenguaje y relativamente sin prisas.
El aprendizaje a través de actividades lúdicas
Refuerza la capacidad de concentración, esencial para un futuro exitoso en las aulas, y sustenta todo, desde el aprendizaje de las interacciones y normas sociales hasta los inicios del pensamiento científico.
El juego es especialmente importante para los niños más pequeños. Los niños en edad preescolar, y los que están en Recepción, aprenden a través del Currículo Nacional EYFS, que está intrínsecamente basado en el juego. Es la base del desarrollo infantil en términos de lenguaje, inteligencia y regulación emocional, creatividad y razonamiento intelectual.
El juego con la arena es una oportunidad fantástica para sentar las bases del aprendizaje científico y desarrollar la confianza en uno mismo y el desarrollo físico. Recoger, cavar, verter y tamizar enseña a los niños cómo funcionan las cosas, al tiempo que desarrolla sus músculos y su coordinación. Si lo hacen junto a un amiguito, se convertirá en un juego de equipo, de compartir y de habilidades sociales.
Al igual que el juego con arena, el juego con agua permite a los niños experimentar en un entorno seguro con conceptos básicos como el volumen. Además, el juego con agua es ideal para aprender las consecuencias de las acciones. Si a esto le añadimos la coordinación mano-ojo y la fuerza física, el juego con agua es uno de los favoritos.
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