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Sintomas de la legionella
Tratamiento de la legionelosis
Legionelosis es un término colectivo para las enfermedades causadas por la bacteria Legionella, incluyendo la más grave, la enfermedad del legionario, así como la afección menos grave de la fiebre de Pontiac. Si una persona tiene una enfermedad relacionada con la Legionella y tiene neumonía, tiene la enfermedad del legionario. Si no tiene neumonía, puede tener fiebre de Pontiac, que suele ser una enfermedad leve, parecida a la gripe, que dura unos días.
Los primeros síntomas de la legionelosis son síntomas inespecíficos parecidos a los de la gripe, como fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares. También puede haber una tos leve con o sin flema. Algunas personas pueden presentar diarrea, vómitos y dolor abdominal. La enfermedad suele progresar rápidamente y los síntomas de infección torácica (neumonía) se hacen evidentes, siendo los síntomas típicos la fiebre alta, la dificultad para respirar y el dolor torácico.
Es difícil distinguir una infección por Legionella de otros tipos de neumonía sólo por los síntomas y se requieren otras pruebas médicas para diagnosticar la enfermedad. Estas pruebas incluyen análisis de esputo, de sangre y/o de orina, que pueden tener que repetirse para confirmar el diagnóstico.
La legionelosis es mortal
La infección por legionela, también conocida como legionelosis, es una infección bacteriana que suele afectar a las vías respiratorias y/o los pulmones. Suele estar causada por una bacteria llamada Legionella pneumophila, que se desarrolla en entornos cálidos y húmedos, como los jacuzzis y los aparatos de aire acondicionado[^1].
La infección se puede contraer al inhalar gotas de agua contaminada[^2] La transferencia de la enfermedad entre seres humanos no suele producirse, y sólo se ha registrado un caso de posible transmisión de persona a persona[^25].
La infección por Legionella puede afectar a los pulmones, causando una forma potencialmente grave de neumonía conocida como legionelosis. La legionelosis provoca síntomas respiratorios, como la tos, a menudo junto con una combinación de otros síntomas que incluyen:[^3]
También existe una forma similar pero más leve de la infección llamada fiebre de Pontiac, que se presenta como una enfermedad leve, parecida a la gripe. La fiebre de Pontiac no causa neumonía y suele resolverse por sí sola sin tratamiento[^1].
El diagnóstico suele realizarse mediante pruebas de laboratorio que comprueban la presencia de la bacteria Legionella en la orina, la sangre y/o la flema de la persona afectada. También se suele recomendar una radiografía de tórax cuando se sospecha de legionelosis para comprobar si hay neumonía en los pulmones[^1][^3].
Dónde se encuentra la legionela
La legionelosis también puede estar asociada a otros síntomas como diarrea, náuseas y confusión. Los síntomas suelen comenzar entre 2 y 14 días después de la exposición a la bacteria, pero pueden tardar más.
Si desarrolla síntomas de neumonía, acuda al médico de inmediato. Asegúrese de mencionar si ha estado expuesto a la legionela, si ha utilizado una bañera de hidromasaje, si ha pasado alguna noche fuera de casa o si ha estado en un hospital en las últimas dos semanas.
La fiebre de Pontiac es una infección más leve que la legionelosis. Los síntomas son principalmente fiebre y dolores musculares. Los síntomas pueden comenzar entre unas horas y tres días después de la exposición a la bacteria y suelen durar menos de una semana. La fiebre de Pontiac se diferencia de la legionelosis porque los enfermos de fiebre de Pontiac no tienen neumonía.
Legionela en el agua
La legionelosis es un tipo de neumonía causada por una bacteria. Se suele contraer al respirar la niebla del agua que contiene la bacteria. La niebla puede proceder de jacuzzis, duchas o aparatos de aire acondicionado de grandes edificios. La bacteria no se transmite de persona a persona.
Los síntomas de la legionelosis incluyen fiebre alta, escalofríos, tos y, a veces, dolores musculares y de cabeza. Otros tipos de neumonía tienen síntomas similares. Es probable que necesite una radiografía de tórax para diagnosticar la neumonía. Las pruebas de laboratorio pueden detectar la bacteria específica que causa la legionelosis.
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