octubre 24, 2024

Mejor antioxidante del mercado

las mejores vitaminas antioxidantes

El trillón de células del cuerpo se enfrenta a amenazas formidables, desde la falta de alimentos hasta la infección por un virus. Otra amenaza constante proviene de unas sustancias químicas llamadas radicales libres. En niveles muy altos, son capaces de dañar las células y el material genético. El cuerpo genera radicales libres como subproductos inevitables de la transformación de los alimentos en energía. Los radicales libres también se forman tras el ejercicio o la exposición al humo del tabaco, la contaminación atmosférica y la luz solar. [1]
Los radicales libres tienen muchas formas, tamaños y configuraciones químicas. Lo que todos comparten es un apetito voraz por los electrones, robándolos de cualquier sustancia cercana que los ceda. Este robo de electrones puede alterar radicalmente la estructura o la función del «perdedor». El daño de los radicales libres puede cambiar las instrucciones codificadas en una cadena de ADN. Puede hacer que una molécula de lipoproteína de baja densidad (LDL, a veces llamada colesterol malo) en circulación tenga más probabilidades de quedar atrapada en la pared de una arteria. O puede alterar la membrana de una célula, cambiando el flujo de lo que entra en la célula y lo que sale de ella. Una cantidad excesiva y crónica de radicales libres en el organismo provoca una condición denominada estrés oxidativo, que puede dañar las células y provocar enfermedades crónicas. [2]

el mejor suplemento antioxidante de filipinas

El trillón de células del cuerpo se enfrenta a amenazas formidables, desde la falta de alimentos hasta la infección por un virus. Otra amenaza constante proviene de unas sustancias químicas llamadas radicales libres. En niveles muy altos, son capaces de dañar las células y el material genético. El cuerpo genera radicales libres como subproductos inevitables de la transformación de los alimentos en energía. Los radicales libres también se forman tras el ejercicio o la exposición al humo del tabaco, la contaminación atmosférica y la luz solar. [1]
Los radicales libres tienen muchas formas, tamaños y configuraciones químicas. Lo que todos comparten es un apetito voraz por los electrones, robándolos de cualquier sustancia cercana que los ceda. Este robo de electrones puede alterar radicalmente la estructura o la función del «perdedor». El daño de los radicales libres puede cambiar las instrucciones codificadas en una cadena de ADN. Puede hacer que una molécula de lipoproteína de baja densidad (LDL, a veces llamada colesterol malo) en circulación tenga más probabilidades de quedar atrapada en la pared de una arteria. O puede alterar la membrana de una célula, cambiando el flujo de lo que entra en la célula y lo que sale de ella. Una cantidad excesiva y crónica de radicales libres en el organismo provoca una condición denominada estrés oxidativo, que puede dañar las células y provocar enfermedades crónicas. [2]

los 50 mejores alimentos antioxidantes

El trillón de células del cuerpo se enfrenta a amenazas formidables, desde la falta de alimentos hasta la infección por un virus. Otra amenaza constante proviene de unas sustancias químicas llamadas radicales libres. En niveles muy altos, son capaces de dañar las células y el material genético. El cuerpo genera radicales libres como subproductos inevitables de la transformación de los alimentos en energía. Los radicales libres también se forman tras el ejercicio o la exposición al humo del tabaco, la contaminación atmosférica y la luz solar. [1]
Los radicales libres tienen muchas formas, tamaños y configuraciones químicas. Lo que todos comparten es un apetito voraz por los electrones, robándolos de cualquier sustancia cercana que los ceda. Este robo de electrones puede alterar radicalmente la estructura o la función del «perdedor». El daño de los radicales libres puede cambiar las instrucciones codificadas en una cadena de ADN. Puede hacer que una molécula de lipoproteína de baja densidad (LDL, a veces llamada colesterol malo) en circulación tenga más probabilidades de quedar atrapada en la pared de una arteria. O puede alterar la membrana de una célula, cambiando el flujo de lo que entra en la célula y lo que sale de ella. Una cantidad excesiva y crónica de radicales libres en el organismo provoca una condición denominada estrés oxidativo, que puede dañar las células y provocar enfermedades crónicas. [2]

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El efecto protector de los antioxidantes se sigue estudiando en todo el mundo. Por ejemplo, los hombres que consumen gran cantidad del antioxidante licopeno (presente en los tomates) pueden tener menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata que otros hombres.
Se cree que los flavonoides (como las catequinas del té verde) contribuyen a los bajos índices de enfermedades cardíacas en Japón. Fuentes de antioxidantes Los alimentos vegetales son fuentes ricas en antioxidantes. Son los más abundantes en las frutas y verduras, así como en otros alimentos como los frutos secos, los cereales integrales y algunas carnes, aves y pescados. Algunas buenas fuentes de antioxidantes específicos son: Suplementos vitamínicos y antioxidantes Cada vez hay más pruebas de que los antioxidantes son más eficaces cuando se obtienen de alimentos enteros, en lugar de aislados de un alimento y presentados en forma de pastillas.
Las investigaciones demuestran que algunos suplementos vitamínicos pueden aumentar nuestro riesgo de cáncer. Por ejemplo, la vitamina A (beta-caroteno) se ha asociado a un menor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, pero a un aumento de otros, como el cáncer de pulmón en los fumadores (si la vitamina A se extrae de los alimentos).