Biografia de concepcion arenal
Estatua concepción arenal
Concepción Arenal Ponte fue una importante escritora realista española vinculada al movimiento feminista pionero. Pudo asistir a la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid vistiéndose de hombre en 1841. En 1848 se casó con Fernando García Carrasco, también abogado y escritor, que murió en 1857. Se convirtió en la primera mujer en recibir un premio de la Academia de Poética y Moral. En 1863 comenzó a visitar las cárceles de mujeres. Los temas principales de sus escritos fueron las prisiones, la educación de las mujeres y el catolicismo.
Concepción Arenal Ponte fue una importante escritora realista española vinculada al movimiento feminista pionero. Pudo asistir a la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid vistiéndose de hombre en 1841. En 1848 se casó con Fernando García Carrasco, también abogado y escritor, que murió en 1857. Se convirtió en la primera mujer en recibir un premio de la Academia de Poética y Moral. En 1863 comenzó a visitar las cárceles de mujeres. Los temas principales de sus escritos fueron las cárceles, la educación de las mujeres y el catolicismo.
Comentarios
Concepción Arenal Ponte[1][2][3] (Ferrol, 31 de enero de 1820 – Vigo, 4 de febrero de 1893) fue una licenciada en Derecho, pensadora, periodista, poeta y autora dramática gallega dentro del Realismo literario y pionera en el feminismo español[4].
Se licenció y en 1848 se casó con el abogado y escritor Fernando García Carrasco. Tuvieron tres hijos: una hija que murió poco después de nacer, y dos hijos, Fernando (nacido en 1850) y Ramón (nacido en 1852). En sus últimos años, su salud fue motivo de permanente preocupación, Concepción Arenal vivió con su hijo Fernando y la segunda esposa de éste, Ernestina Winter[5].
En 1872 fundó el Beneficio de la Construcción, una sociedad dedicada a la construcción de casas baratas para los trabajadores. También colaboró con la Cruz Roja ayudando a los heridos de la Guerra Carlista, trabajando en un hospital de Miranda de Ebro, siendo posteriormente nombrada Secretaria General de la Cruz Roja entre 1871 y 1872[6] En 1877 publicó Estudios Penitenciarios.
En 1882 Arenal participó -aunque no estuvo presente- en el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano celebrado en Madrid y dirigido por Rafael Mª de Labra. Presentó una ponencia sobre «La educación de la mujer» en la quinta sección del congreso dedicada a Concepto y límites de la educación de la mujer, y de la aptitud profesional de ésta. La sección abordó el debate de las similitudes y diferencias entre la educación de la mujer y la del hombre, qué herramientas son necesarias para organizar un buen sistema educativo para la mujer, qué aptitudes tiene la mujer para la enseñanza y otros trabajos y la educación física de la mujer. La vicepresidenta de esta mesa redonda fue Emilia Pardo Bazán. La posición de Arenal era la de apoyar la educación de las mujeres sin limitaciones.
Biografia de concepcion arenal en línea
Concepción Arenal Ponte[1][2][3] (Ferrol, 31 de enero de 1820 – Vigo, 4 de febrero de 1893) fue una licenciada en Derecho, pensadora, periodista, poeta y autora dramática gallega dentro del Realismo literario y pionera en el feminismo español[4].
Se licenció y en 1848 se casó con el abogado y escritor Fernando García Carrasco. Tuvieron tres hijos: una hija que murió poco después de nacer, y dos hijos, Fernando (nacido en 1850) y Ramón (nacido en 1852). En sus últimos años, su salud fue motivo de permanente preocupación, Concepción Arenal vivió con su hijo Fernando y la segunda esposa de éste, Ernestina Winter[5].
En 1872 fundó el Beneficio de la Construcción, una sociedad dedicada a la construcción de casas baratas para los trabajadores. También colaboró con la Cruz Roja ayudando a los heridos de la Guerra Carlista, trabajando en un hospital de Miranda de Ebro, siendo posteriormente nombrada Secretaria General de la Cruz Roja entre 1871 y 1872[6] En 1877 publicó Estudios Penitenciarios.
En 1882 Arenal participó -aunque no estuvo presente- en el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano celebrado en Madrid y dirigido por Rafael Mª de Labra. Presentó una ponencia sobre «La educación de la mujer» en la quinta sección del congreso dedicada a Concepto y límites de la educación de la mujer, y de la aptitud profesional de ésta. La sección abordó el debate de las similitudes y diferencias entre la educación de la mujer y la del hombre, qué herramientas son necesarias para organizar un buen sistema educativo para la mujer, qué aptitudes tiene la mujer para la enseñanza y otros trabajos y la educación física de la mujer. La vicepresidenta de esta mesa redonda fue Emilia Pardo Bazán. La posición de Arenal era la de apoyar la educación de las mujeres sin limitaciones.
Clara campoamor
Para empezar esta historia tenemos que imaginar a una mujer de no más de veinte años disfrazada de hombre. Una mujer que cree en sí misma y en todas las mujeres. Aunque, tal vez, Concepción Arenal aún no haya tomado conciencia de esto último. Lo descubrirá más adelante, cuando ya no necesite la levita ni el sombrero de copa.
Pero para llegar a ese momento hay que recorrer un largo camino que comienza en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, en los años cuarenta del siglo XIX. Esta mujer entra en un aula vestida de hombre. En aquella época, el acceso de las mujeres a la enseñanza superior estaba prohibido, pero ella tenía muy claro que quería aprender. Se interesa por el derecho, los idiomas y la ciencia. Tiene una curiosidad salvaje, que no desaparece ni siquiera cuando se descubre su secreto. Porque aquel joven silencioso y de aspecto extraño resultó ser una mujer.
Quieren expulsarla, pero ella también expresa su deseo de aprender. Promete que permanecerá completamente callada, que no molestará, que renunciará a cualquier título oficial, si la dejan aprender. Que la eduquen. Su educación, hasta ese momento, había sido excelente. Así lo confirmó uno de los exámenes más extraordinarios realizados en esa facultad. Con esa valoración en la mano, el rector de la universidad no tuvo más remedio que inclinarse ante las pruebas. Es una mujer, sí, pero merece estar ahí. En silencio, sin molestar, sin título oficial, sin futuro por delante, pero aprendiendo. Pero sin volver a ponerse el disfraz, porque todo el mundo ya la conocía.
Más historias
Decorar con césped artificial: un estilo innovador para mentes creativas
Hacer manualidades contribuye al bienestar
Ideas para amueblar un cuarto juvenil