Conspiración de la pólvora
Cómo se descubrió el complot de la pólvora
Puede que Guy Fawkes fuera el hombre encargado de encender la mecha de la pólvora en el Palacio de Westminster, pero no era el líder del complot, ni mucho menos un lobo solitario. Hubo 13 conspiradores en total -muchos de ellos procedentes de familias inglesas de élite- y los autores intelectuales de la conspiración fueron Robert Catesby y su primo Thomas Wintour.
Catesby ya estaba bajo sospecha, por ser católico y partidario de la fallida rebelión del conde de Essex contra Isabel I en 1601. Fawkes, en cambio, era un desconocido para las autoridades, y esa es una de las principales razones por las que se le asignó un papel tan importante en el complot. Haciéndose pasar por un sirviente, pudo acceder al Palacio de Westminster y, con la ayuda de sus co-conspiradores, cargar los 36 barriles de pólvora que pretendía hacer explotar bajo los pies del rey Jaime VI y I.
La gran ironía de la vida de Guy Fawkes es que comenzó en el seno de una familia protestante convencional y respetada -era hijo de un funcionario de la Iglesia de Inglaterra-, pero terminó con un infame intento de acabar con la clase política en nombre de la fe católica.
Hechos del complot de la pólvora
El 7 de noviembre, después de haber soportado horribles torturas, Fawkes se desveló y reveló un complot católico para hacer estallar el Parlamento cuando éste volviera a reunirse el 5 de noviembre. La idea era llevar a cabo una restauración católica en Inglaterra: la princesa Isabel, de nueve años de edad, debía ser casada con un príncipe católico, mientras que el duque de Northumberland, un simpatizante católico que no estaba en la conspiración, debía ser inducido a servir como Lord Protector.
Tal fue, en todo caso, la historia oficial utilizada para legitimar la ejecución de Fawkes y de los que nombró bajo tortura. Pero el verdadero centro de la conspiración era Robert Catesby, sexto descendiente del William Catesby que pereció con Ricardo Ill en Bosworth Field y que, junto con los otros favoritos del rey jorobado, Ratcliffe y Lovell, inspiró la conocida copla contemporánea
Los Catesbys, al parecer, siempre elegían el bando perdedor. ¿O no? El problema con el Catesby de 1605 es que no se sabe casi nada de él, aparte de que murió en un tiroteo con un pelotón en Staffordshire después de ser nombrado por Fawkes.
De qué religión eran los conspiradores de la pólvora
Todos los años se recuerda a Guy Fawkes en todo el país, aunque no haya conseguido nada. Calificado como uno de los mayores villanos de todos los tiempos, es sinónimo de un crimen espectacular que ni dirigió ni cometió realmente. Fawkes no fue el instigador de la Conspiración de la Pólvora, pero ocupa un lugar especial como responsable.
Él y sus compañeros conspiradores eran aficionados fanáticos, obsesionados por sus creencias, atrapados en un siniestro mundo de intrigas, traiciones y engaños, lleno de espías, agentes dobles e informantes controlados por el veterano ministro principal del rey Jaime, el astutamente manipulador conde de Salisbury.
Los embriagadores días isabelinos que siguieron a la derrota de la Armada Española habían desaparecido. Un nuevo siglo trajo a Inglaterra un nuevo rey, Jacobo I, importado de Escocia. Sus experiencias habían creado un carácter receloso, y bajo su mandato el ambiente en Inglaterra se oscureció. Entre otras preocupaciones, él y sus hombres estaban preocupados por la amenaza a la seguridad nacional que suponía la conspiración católica. Dos conspiraciones recientes contra el rey habían sido despiadadamente terminadas mediante la tortura y el patíbulo.
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Thomas Percy (c. 1560 – 8 de noviembre de 1605) fue un miembro del grupo de católicos provinciales ingleses que planeó el fallido complot de la pólvora de 1605. Hombre alto y físicamente impresionante, se sabe poco de sus primeros años de vida, aparte de su matriculación en 1579 en la Universidad de Cambridge y su matrimonio en 1591 con Martha Wright. En 1596, su primo segundo[1], Henry Percy, noveno conde de Northumberland, le nombró alguacil del castillo de Alnwick y le hizo responsable de las propiedades del norte de la familia Percy. Sirvió al conde en los Países Bajos hacia 1600-1601, y en los años anteriores a 1603 fue su intermediario en una serie de comunicaciones confidenciales con el rey Jacobo VI de Escocia.
Tras la llegada de Jacobo al trono inglés en 1603, Percy se desengañó del nuevo rey, que suponía había incumplido sus promesas de tolerancia hacia los católicos ingleses. Su encuentro en junio de 1603 con Robert Catesby, un fanático religioso igualmente poco impresionado con la nueva dinastía real, le llevó al año siguiente a unirse a la conspiración de Catesby para matar al rey y a sus ministros haciendo volar la Cámara de los Lores con pólvora. Percy ayudó a financiar el grupo y consiguió los contratos de arrendamiento de ciertas propiedades en Londres, una de las cuales era el sótano situado justo debajo de la Cámara de los Lores, en el que finalmente se colocó la pólvora. Los conspiradores también planeaban instigar un levantamiento en las Midlands y secuestrar simultáneamente a la hija de Jacobo, la princesa Isabel. Percy debía permanecer en Londres y asegurar la captura de su hermano, el príncipe Enrique.
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