Javier saenz de oiza
comentarios
UNA RETROSPECTIVA EN EL MUSEO ICO DE MADRID CELEBRA LA ICONOCLASIA DEL ARQUITECTO ESPAÑOL FRANCISCO JAVIER SÁENZ DE OIZA (1918 – 2000), DEVOLVIENDO LA ATENCIÓN A SU OBRA MAESTRA DEL ORGANICISMO ESPAÑOL DE LOS AÑOS 60, LAS TORRES BLANCAS.
Nacido en Navarra, Francisco Javier Sáenz De Oiza está considerado como uno de los arquitectos españoles más prolíficos del siglo XX. En la década de 1950, tras un retorno poco imaginativo al estilo neoclásico bajo el Generalísimo Franco, Oiza, junto con sus compañeros Francisco de Asís Cabrero y Miguel Fisac, comenzó a integrar las lenguas vernáculas de la arquitectura internacional en su búsqueda de un modernismo español.
Oiza, que hablaba de haber «nacido en la edad media y vivir en la vanguardia del siglo XX», practicó inicialmente un modernismo geométrico racional antes de pasar a un estilo de organicismo rebelde ejemplificado en sus proyectos de vivienda social en Madrid. De esta contradicción surgió el Movimiento Moderno Español que se consolidó, abrazando una verdadera arquitectura moderna y participando simultáneamente de un exagerado revisionismo orgánico. Era un estilo que buscaba reconciliar las estructuras construidas por el hombre con la naturaleza, la precisión de Mies van der Rohe en comunión con la naturalidad de Frank Lloyd Wright.
Javier saenz de oiza 2022
Nació en Cáseda (Navarra) en 1918. Se licenció en 1946 en la Escuela de Arquitectura de Madrid y se doctoró en 1965. Posteriormente amplió sus estudios en Estados Unidos con una beca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A su regreso, en 1949, comenzó a trabajar en la Escuela de Arquitectura de Madrid, a la que estuvo vinculado hasta su jubilación en 1985, primero como profesor de planificación arquitectónica y posteriormente como catedrático de la misma materia. A partir de 1983, centró su actividad principalmente en su trabajo de estudio. Entre sus creaciones se encuentran edificios tan emblemáticos como las Torres Blancas (1969) y el Banco de Bilbao (1972-78) en el Paseo de la Castellana, ambos en Madrid. Murió en Madrid en el año 2000.
brutalist architecturearchitectural style
Without knowing English and asking a relative for money for the expenses that the scholarship could not cover, he traveled all over the country. The trip, in which he approached the work of Frank Lloyd Wright, precursor of organic architecture, the one that tries to integrate with nature, was fundamental. «You realize what the American spirit is. The patent office there is as important as the Prado Museum here,» he recounted. So dazzled did he return, his children recall, that «he used to say that Navarre was the Middle Ages.»
«The white had another meaning. Huarte read a lot of San Juan de la Cruz. They were white constructive purity, to show the material as it is and not lie covering it with paint. But they were always made of concrete.
«He planned Torres Blancas as a place with amenities, like a restaurant upstairs to order dinner and not have to move,» explains the daughter of the quantity surveyor Domínguez, who has renovated three apartments there. «I thought that whoever buys in Torres Blancas is because they have a culture of architecture, but it turns out they don’t. When you renovate the houses, you see that the architecture is very good. When you renovate the houses, you see that people cover the curves: they get in the way and put straight shelves. I don’t think it was understood as a masterpiece.»
el ruedo madrid
El avance industrial, tecnológico y social que se produce a lo largo del siglo XNUMX llevó a la arquitectura a evolucionar como disciplina para dar respuesta a las nuevas necesidades productivas y de vivienda, que se generaron especialmente en las ciudades. La progresiva implantación de las vanguardias dio lugar a un espacio de experimentación en el que los arquitectos, más que un estilo, buscaban un carácter. Uno de los ejemplos más significativos de esta nueva generación es Francisco Javier Sáenz de Oiza,
El primer reconocimiento profesional le llegará ese mismo año cuando reciba, junto a Luis Laorga, el Premio Nacional de Arquitectura por su proyecto historicista de la Plaza del Azoguejo de Segovia. Premio que obtendrá en 1954.
Ese planteamiento cambia en 1947, año en el que viaja a Estados Unidos con la beca Conde de Cartagena y entra en contacto con la arquitectura americana, experiencia que marcará su estilo posterior y que le convertirá en uno de los pioneros de la modernidad.
Oiza estuvo vinculado a la docencia a través de la Escuela de Arquitectura, de la que fue profesor de proyectos y director, y en su estudio trabajaron jóvenes arquitectos como Moneo, Fullaondo o Vellés, entre otros muchos.
Más historias
Decorar con césped artificial: un estilo innovador para mentes creativas
Hacer manualidades contribuye al bienestar
Ideas para amueblar un cuarto juvenil