La vida de socrates
Epicuro
Los diálogos de Platón se encuentran entre los relatos más completos de Sócrates que se conservan de la antigüedad, de la que se ha hecho famoso por sus aportaciones en los campos del racionalismo, la ética y la epistemología. Este Sócrates platónico da nombre al concepto de método socrático y también a la ironía socrática. El método socrático de interrogación o elenchus se materializa en el diálogo mediante preguntas y respuestas breves, personificado en aquellos textos platónicos en los que Sócrates y sus interlocutores examinan diversos aspectos de una cuestión o un significado abstracto, normalmente relacionado con una de las virtudes, y se encuentran completamente incapaces de definir lo que creían entender. Sócrates es conocido por proclamar su total ignorancia; solía decir que de lo único que era consciente era de su ignorancia, queriendo dar a entender que la constatación de nuestra ignorancia es el primer paso para filosofar.
Sócrates no documentó sus enseñanzas. Todo lo que sabemos de él proviene de los relatos de otros: principalmente del filósofo Platón y del historiador Jenofonte, ambos alumnos suyos, del dramaturgo cómico ateniense Aristófanes (contemporáneo de Sócrates) y del alumno de Platón, Aristóteles, que nació después de la muerte de Sócrates. Los relatos, a menudo contradictorios, de estos antiguos relatos no hacen sino complicar la capacidad de los estudiosos para reconstruir de forma fiable el verdadero pensamiento de Sócrates, un predicamento conocido como el problema socrático[2] Las obras de Platón, Jenofonte y otros autores que utilizan el personaje de Sócrates como herramienta de investigación, están escritas en forma de diálogo entre Sócrates y sus interlocutores y proporcionan la principal fuente de información sobre la vida y el pensamiento de Sócrates. Los diálogos socráticos fue un término acuñado por Aristóteles para describir este género literario de reciente creación[3]. Sólo los diálogos de Platón, junto con unos pocos que se han atribuido a Platón pero que probablemente son obra de otros a mediados del siglo IV a.C., quizá alumnos de Platón, y los de Jenofonte sobreviven hasta nuestros días. [Aunque se desconocen las fechas exactas de su composición, se cree que la mayoría fueron escritos después de la muerte de Sócrates[5]. Como señaló Aristóteles por primera vez, el grado de autenticidad de los diálogos de Sócrates es objeto de debate[6].
Jenofonte
Los diálogos de Platón se encuentran entre los relatos más completos de Sócrates que se conservan de la antigüedad, de la que se ha hecho famoso por sus aportaciones en los campos del racionalismo, la ética y la epistemología. Este Sócrates platónico da nombre al concepto de método socrático y también a la ironía socrática. El método socrático de interrogación o elenchus se materializa en el diálogo mediante preguntas y respuestas breves, personificado en aquellos textos platónicos en los que Sócrates y sus interlocutores examinan diversos aspectos de una cuestión o un significado abstracto, normalmente relacionado con una de las virtudes, y se encuentran con que son completamente incapaces de definir lo que creían entender. Sócrates es conocido por proclamar su total ignorancia; solía decir que de lo único que era consciente era de su ignorancia, queriendo dar a entender que la constatación de nuestra ignorancia es el primer paso para filosofar.
Sócrates no documentó sus enseñanzas. Todo lo que sabemos de él proviene de los relatos de otros: principalmente del filósofo Platón y del historiador Jenofonte, ambos alumnos suyos, del dramaturgo cómico ateniense Aristófanes (contemporáneo de Sócrates) y del alumno de Platón, Aristóteles, que nació después de la muerte de Sócrates. Los relatos, a menudo contradictorios, de estos antiguos relatos no hacen sino complicar la capacidad de los estudiosos para reconstruir de forma fiable el verdadero pensamiento de Sócrates, un predicamento conocido como el problema socrático[2] Las obras de Platón, Jenofonte y otros autores que utilizan el personaje de Sócrates como herramienta de investigación, están escritas en forma de diálogo entre Sócrates y sus interlocutores y proporcionan la principal fuente de información sobre la vida y el pensamiento de Sócrates. Los diálogos socráticos fue un término acuñado por Aristóteles para describir este género literario de reciente creación[3]. Sólo los diálogos de Platón, junto con unos pocos que se han atribuido a Platón pero que probablemente son obra de otros a mediados del siglo IV a.C., quizá alumnos de Platón, y los de Jenofonte sobreviven hasta nuestros días. [Aunque se desconocen las fechas exactas de su composición, se cree que la mayoría fueron escritos después de la muerte de Sócrates[5]. Como señaló Aristóteles por primera vez, el grado de autenticidad de los diálogos de Sócrates es objeto de debate[6].
Pitágoras
Como Sócrates no escribió ninguna de sus enseñanzas,[13][14] las fuentes secundarias proporcionan la única información sobre su vida y su pensamiento. La naturaleza a veces contradictoria de estas fuentes se conoce como el problema socrático,[15] o la cuestión socrática[16][17].
Los diálogos de Platón y Jenofonte proporcionan la principal fuente de información sobre la vida y el pensamiento de Sócrates[18][19] Estos escritos son los Sokratikoi logoi, o diálogos socráticos, que consisten en informes de conversaciones en las que aparentemente participa Sócrates[20][21].
En cuanto al descubrimiento del Sócrates real, la dificultad estriba en que las fuentes antiguas son en su mayoría textos filosóficos o dramáticos, aparte de Jenofonte. No hay historias directas, contemporáneas de Sócrates, que traten de su propio tiempo y lugar. Un corolario de esto es que las fuentes que sí mencionan a Sócrates no necesariamente pretenden ser históricamente exactas, y a menudo son partidistas. Por ejemplo, los que procesaron y condenaron a Sócrates no han dejado ningún testamento. Por lo tanto, los historiadores se enfrentan al reto de conciliar las diversas pruebas de los textos existentes para intentar un relato preciso y coherente de la vida y la obra de Sócrates. El resultado de tal esfuerzo no es necesariamente realista, aunque sea coherente.
Comentarios
Los diálogos de Platón se encuentran entre los relatos más completos de Sócrates que se conservan de la antigüedad, de la que se ha hecho famoso por sus aportaciones en los campos del racionalismo, la ética y la epistemología. Este Sócrates platónico da nombre al concepto de método socrático y también a la ironía socrática. El método socrático de interrogación o elenchus se materializa en el diálogo mediante preguntas y respuestas breves, personificado en aquellos textos platónicos en los que Sócrates y sus interlocutores examinan diversos aspectos de una cuestión o un significado abstracto, normalmente relacionado con una de las virtudes, y se encuentran con que son completamente incapaces de definir lo que creían entender. Sócrates es conocido por proclamar su total ignorancia; solía decir que de lo único que era consciente era de su ignorancia, queriendo dar a entender que la constatación de nuestra ignorancia es el primer paso para filosofar.
Sócrates no documentó sus enseñanzas. Todo lo que sabemos de él proviene de los relatos de otros: principalmente del filósofo Platón y del historiador Jenofonte, ambos alumnos suyos, del dramaturgo cómico ateniense Aristófanes (contemporáneo de Sócrates) y del alumno de Platón, Aristóteles, que nació después de la muerte de Sócrates. Los relatos, a menudo contradictorios, de estos antiguos relatos no hacen sino complicar la capacidad de los estudiosos para reconstruir de forma fiable el verdadero pensamiento de Sócrates, un predicamento conocido como el problema socrático[2] Las obras de Platón, Jenofonte y otros autores que utilizan el personaje de Sócrates como herramienta de investigación, están escritas en forma de diálogo entre Sócrates y sus interlocutores y proporcionan la principal fuente de información sobre la vida y el pensamiento de Sócrates. Los diálogos socráticos fue un término acuñado por Aristóteles para describir este género literario de reciente creación[3]. Sólo los diálogos de Platón, junto con unos pocos que se han atribuido a Platón pero que probablemente son obra de otros a mediados del siglo IV a.C., quizá alumnos de Platón, y los de Jenofonte sobreviven hasta nuestros días. [Aunque se desconocen las fechas exactas de su composición, se cree que la mayoría fueron escritos después de la muerte de Sócrates[5]. Como señaló Aristóteles por primera vez, el grado de autenticidad de los diálogos de Sócrates es objeto de debate[6].
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