Poema de santa teresa
Poesía de santa catalina de siena
Ayer se celebró la fiesta de Santa Teresa de Ávila (28 de marzo de 1515 – 15 de octubre de 1582), carmelita descalza y doctora de la Iglesia. Hoy publicamos cinco de sus poemas místicos traducidos al inglés. Es uno de los muchos aspectos maravillosos de su asombrosa vida sobre los que podemos reflexionar, su amor por la poesía para expresar su apasionado amor por Dios.
Esta notable mujer ha sido una fuente de inspiración para muchos católicos en los últimos cinco siglos. Nacida de la oscuridad de la determinación resuelta de la Contrarreforma de deshacer la destrucción satánica de Lutero, Calvino y otros, las palabras y acciones de Santa Teresa fueron grandes luces de guía en una era que vio a personas como San Ignacio de Loyala y San Juan de la Cruz traer una gloria a la fe que parecía imposible durante los días oscuros de la fundación del protestantismo.
Aunque muchos leen la obra más larga de Santa Teresa, «El castillo interior» (y con razón), hay mucho consuelo en algunas obras más cortas, concretamente en sus poemas. Muchos de estos poemas son fragmentos sucintos de sabiduría mística, del tipo que puede conectar con una persona en una fracción de segundo. Santa Teresa de Lisieux llamaba a la oración «una oleada del corazón», una transformación instantánea. Santa Teresa hablaba de manera similar cuando hablaba de la oración mental, de los éxtasis y el abandono de la subyugación a las cosas mentales que se pueden encontrar cuando se está inmerso en la reflexión y la oración.
Sólo dios es suficiente poema
Pasé diez días en Roma, un verano durante la universidad. Recorrí la Via Appia, escuché ópera en las Termas de Caracalla. Bebí mucho vino, que nunca pareció emborracharme como lo hacía el de Estados Unidos. Me enamoré -bueno, de la lujuria- cada hora.
Por supuesto, vi las artes visuales del Renacimiento y el Barroco. Algunas de estas obras me dejaron paralizada, entre ellas la escultura en mármol Éxtasis de Santa Teresa (1652), de Gian Lorenzo Bernini. Esta obra muestra a la joven santa reclinada en un gemido, mientras un ángel sonriente se prepara para atravesarla con una flecha. La energía sexual de la escultura es tan fuerte que es de extrañar que llegara a la iglesia católica de Santa Maria della Vittoria (sólo en Italia, donde la belleza vence al dogma). Mi recuerdo de la escultura es una joya, aunque últimamente un poema ha iluminado sus defectos.
Santa Teresa de Ávila (1515-1582) fue en parte metafísica, en parte mística y en parte mercantilista. Esta monja carmelita escribió filosofía racionalista, pero también creó prosa y poesía sensual sobre sus experiencias religiosas extáticas. Vivió en un claustro, pero viajó por España para reformar su orden sagrada en las contemplativas Carmelitas Descalzas (sin zapatos), abriendo y mejorando conventos como si fueran franquicias. Fue mentora de San Juan de la Cruz, mucho más joven, para que éste pudiera reformar las carmelitas sacerdotales.
Si, señor, tu amor por mí es fuerte
Santa Teresa de Ávila (28 de marzo de 1515 – 4 de octubre de 1582) fue una destacada monja carmelita y mística española. Santa Teresa tuvo muchas experiencias místicas que intentó reflejar en poemas. Desempeñó un papel activo en la orden carmelita y más tarde fue canonizada como santa por la Iglesia Católica Romana.
Santa Teresa de Ávila (Teresa de Cepeda y Ahumada) nació en Ávila, España, el 15 de marzo de 1515. Sus padres eran católicos piadosos y en cierto modo inspiraron a su hija a llevar una vida de oración. Desde pequeña, Teresa dio muestras de una profunda religiosidad; a menudo se retiraba al silencio para rezar y disfrutaba dando limosna a los pobres. Estaba muy unida a su madre, que proporcionaba un cálido contrapeso a la severidad de su padre. Sin embargo, en su adolescencia, la madre de Teresa falleció, dejando a la joven Teresa angustiada por el vacío que sentía. La joven Teresa habla de su desesperación y de cómo acudió instintivamente a la Virgen María en busca de consuelo.
«Me arrojé desesperada ante una imagen de la Madre de Dios. Con muchas lágrimas, imploré a la Santa Virgen que se convirtiera en mi madre ahora. Pronunciada con la sencillez de un niño, esta oración fue escuchada. Desde aquella hora, nunca recé a la Virgen en vano». (1)
Las risas salían de todos los ladrillos
Me bautizaron en la fiesta de San Juan José de la Cruz en la Iglesia de la Santa Cruz, siendo mi patrona Santa Juana Jugan, también conocida como Marie de la Croix. Aprendiendo a abrazar mi cruz, y cayendo muchas veces. Que vosotros también aprendáis a amar vuestras cruces.
Graduado en Derecho y Artes Liberales, nativo de una isla tropical asiática conocida como la Ciudad del León; viviendo en la Gran Tierra del Sur del Espíritu Santo, ¡cuya primera santa nativa es Santa María de la Cruz (Mary MacKillop)!
…el novelista Charles Dickens pudo escribir, tras conocer a Juana Jugan, que «hay en esta mujer algo tan tranquilo, y tan santo, que al verla sé que estoy en presencia de un ser superior. Sus palabras llegaron directamente a mi corazón, de modo que mis ojos, no sé cómo, se llenaron de lágrimas».
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