julio 9, 2024

Iglesia de san hipolito cordoba

Misa dominical en la catedral de xalapa

La Real Colegiata de San Hipólito es una iglesia católica de Córdoba (España) fundada en 1343 por iniciativa del rey Alfonso XI de Castilla. La iglesia, que posteriormente fue cedida a perpetuidad a la Compañía de Jesús, contiene las tumbas del rey Fernando IV y de su hijo Alfonso XI.
La Real Colegiata de San Hipólito formaba parte de un monasterio fundado por el rey Alfonso XI de Castilla en 1343 para conmemorar la victoria de las tropas cristianas en la batalla del Salado, librada en 1340. El rey quiso que fuera su lugar de descanso final y también el de su padre Fernando IV, que había muerto en 1312 y había sido enterrado en la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Las obras de construcción de la iglesia avanzaron muy lentamente y sólo se terminaron el ábside y el crucero durante los reinados de Alfonso XI y de su hijo y sucesor, el rey Pedro I. El resto del edificio no se terminó hasta el siglo XVIII, cuando, en 1729, se reanudó la construcción de la iglesia con la aquiescencia del rey Felipe V de España. Siete años más tarde, en 1736, la obra estaba terminada, aunque durante los siglos XVIII y XIX se construyeron otras estructuras[3].

La mezquita de córdoba, monumento universal

La Real Colegiata de San Hipólito es una iglesia católica de Córdoba (España) fundada en 1343 por iniciativa del rey Alfonso XI de Castilla. La iglesia, que posteriormente fue cedida a perpetuidad a la Compañía de Jesús, contiene las tumbas del rey Fernando IV y de su hijo Alfonso XI.
La Real Colegiata de San Hipólito formaba parte de un monasterio fundado por el rey Alfonso XI de Castilla en 1343 para conmemorar la victoria de las tropas cristianas en la batalla del Salado, librada en 1340. El rey quiso que fuera su lugar de descanso final y también el de su padre Fernando IV, que había muerto en 1312 y había sido enterrado en la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Las obras de construcción de la iglesia avanzaron muy lentamente y sólo se terminaron el ábside y el crucero durante los reinados de Alfonso XI y de su hijo y sucesor, el rey Pedro I. El resto del edificio no se terminó hasta el siglo XVIII, cuando, en 1729, se reanudó la construcción de la iglesia con la aquiescencia del rey Felipe V de España. Siete años más tarde, en 1736, la obra estaba terminada, aunque durante los siglos XVIII y XIX se construyeron otras estructuras[3].

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La Iglesia de San Hipólito de Córdoba, que perdió su rango de colegiata en 1852, fue fundada como monasterio por Alfonso XI en 1343, en agradecimiento por su victoria en la Batalla del Salado y, también, por el Panteón Real, es decir, para albergar los restos de su padre, el rey Fernando IV «el Emplazado», que por entonces estaba enterrado en la Catedral-Mezquita de Córdoba.
Cuatro años después, en 1347, fue elevada al rango de Colegiata por el Papa Clemente VI, para que en este templo se celebraran con toda la solemnidad posible los oficios en memoria de los reyes difuntos. Este Papa autorizó el nombramiento de un Prior y nueve canónigos para la Colegiata. Las obras de construcción del edificio fueron muy lentas, y sólo se hicieron la cabecera y el crucero durante los reinados de Alfonso XI y Pedro I, su hijo, quedando el resto del edificio inacabado hasta el siglo XVIII.
En 1729, tras muchos ruegos de los canónigos de la Colegiata, Felipe V autorizó el traslado de los restos de los reyes enterrados en la Capilla Real de la Mezquita Catedral, que eran Fernando IV «El Emplazado» y su hijo Alfonso XI «El Justiciero», a esta Colegiata, y un año más tarde se iniciaron las obras de terminación de la Iglesia, que finalizaron en 1736. En ese año, el 8 de agosto, con todos los honores, se trasladaron los restos mortales de los dos monarcas a la Colegiata de San Hipólito.

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La Real Colegiata de San Hipólito es una iglesia católica de Córdoba (España) fundada en 1343 por iniciativa del rey Alfonso XI de Castilla. La iglesia, que posteriormente fue cedida a perpetuidad a la Compañía de Jesús, contiene las tumbas del rey Fernando IV y de su hijo Alfonso XI.
La Real Colegiata de San Hipólito formaba parte de un monasterio fundado por el rey Alfonso XI de Castilla en 1343 para conmemorar la victoria de las tropas cristianas en la batalla del Salado, librada en 1340. El rey quiso que fuera su lugar de descanso final y también el de su padre Fernando IV, que había muerto en 1312 y había sido enterrado en la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Las obras de construcción de la iglesia avanzaron muy lentamente y sólo se terminaron el ábside y el crucero durante los reinados de Alfonso XI y de su hijo y sucesor, el rey Pedro I. El resto del edificio no se terminó hasta el siglo XVIII, cuando, en 1729, se reanudó la construcción de la iglesia con la aquiescencia del rey Felipe V de España. Siete años más tarde, en 1736, la obra estaba terminada, aunque durante los siglos XVIII y XIX se construyeron otras estructuras[3].